“Ya sé prenderla, apagarla, usar eso llamado ratón”
“Ya sé prenderla, apagarla, usar eso llamado “ratón”… ah!!!… y ¡hasta enviar correos!!! Quién lo iba a decir???”. Estas fueron las palabras de Rafael López, un ingeniero de 80 años, que participó en los cursos comunitarios de computación de Aliadas. Este hombre, que mantiene la sonrisa como bandera, está plenamente agradecido con la vida. Es padre de familia, abuelo y un profesional con amplia experiencia en el campo laboral, que comparte sus anécdotas de vida con quienes fueron sus compañeros de clases de computación en el núcleo de Aliadas en Barquisimeto.
La misión de la organización Aliadas es el empoderamiento y emprendimiento de la mujer venezolana, sin embargo, en sus núcleos abre espacios a distintas personas en la comunidad, sin distinción de género, para la formación en su programa: Cursos Comunitarios de computación, donde los participantes pueden adquirir conocimientos básicos de Word, Power Point, Publisher, Excel, Internet y Redes Sociales. El Sr. Rafael, a sus ochenta años, participó en los 5 módulos de estos talleres y luego de esta experiencia comenta “Le dije a mi esposa y a mis hijos que no me iba a quedar atrás, la tecnología la quiero conocer y de la computadora voy a aprender”
Hoy comparte la alegría de su certificación en computación con sus compañeros de aula y su familia; se siente muy agradecido con una organización que le permitió explorar un mundo antes desconocido por él, como lo son las nuevas tecnologías: “La vida se basa en saber vivir los momentos, apreciarlos y disfrutarlos, y yo hoy, en este momento, me siento vivo y contento. Agradecido y complacido con Dios, de haber conocido esta organización, por el extraordinario trato que me han brindado y por todas las repercusiones positivas que ésta trae para la sociedad” expresó.
El señor Rafael a su edad sirve como ejemplo a las nuevas generaciones quienes muchas veces se colocan limitaciones para emprender un aprendizaje, él les hace un llamado a que se culturicen y que sepan aprovechar las oportunidades, que no dejen de luchar por sus sueños. Pero no sólo eso, se toma unos minutos en su testimonio para enviar un mensaje a las mujeres “Que sigan luchando como lo han venido haciendo, que exijan respeto, porque las mujeres son el núcleo de la vida, ellas tienen muchísimas virtudes y cualidades que muchas veces no son tomadas en cuenta. Es por eso que tienen que existir muchas organizaciones como Aliadas para hacerles llegar este mensaje de apoyo, de solidaridad, de crecimiento y de fuerza para seguir mostrando al mundo lo valiosas que son”.
Este admirable hombre, se define así mismo como un emprendedor de la felicidad, al preguntarle por qué, responde con su espontánea sonrisa “Porque la adversidad se combate con felicidad”.